PARAGUAY ¡Qué país!
Pocas veces escuchamos (casi nunca)
opiniones del Paraguay venidas de personas con conocimiento y experiencia en el
país. Las más comunes nos atrevemos a
decir que son prejuicios sin fundamento que se crean por desconocimiento o por
ese “gen” discriminador que tan fácil brota en nuestro pueblo. Opiniones que
así como eran escuchadas, eran preferibles dejar pasar.
Para nosotros Paraguay implicaba un país y
una cultura poco conocida, poco promocionada y con mucha historia de fondo para
contar. No podíamos tener un juicio de valor construido, simplemente nos despertaba
una intriga especial (como las Guyanas que algún día llegarán). Pero sí
partimos de la base, de que nunca un país puede estar vacío de atracciones,
nunca una cultura diferente puede dejar de ser interesante, al menos para
alguien que viaja (o no), al menos para alguien curioso con afán de aprender más
y conocer, o al menos para nosotros.
Y casi sin saber, pero con un plan de
viaje que lo incluía en nuestras rutas, Paraguay nos sorprendió.
Atardecer en Encarnación. Primer día en Paraguay. |
A medida que nos fuimos acercando al país
vecino aparecieron algunos indicadores culturales relacionados a la cercanía
con este destino; y las habladurías en cuanto a él, también se transformaron.
La pregunta típica podemos decir que era "¿Para qué van a Paraguay?"
y dependiendo de la persona que te la hiciera, uno podía más o menos adivinar
el trasfondo o la intención de esa pregunta.
Como en todas las ciudades limítrofes, la cultura va más allá de las fronteras, y si bien entre Posadas y Encarnación hay un gran río que transforma, ambas comparten sentimientos hermanos. Acá son muy pocos los que nunca han cruzado el puente internacional o que no han conocido o tienen amigos/familiares paraguayos/argentinos. Todos saben hablarte muy bien de lo que es “la chipa” (que se pronuncia como si tuviera tilde en la “i”), preparar sopa paraguaya y andar con el termolar a cuestas para tomar tereré en guampa!. Y así como decimos que un niño aprende mejor la integración, cuando desde chico se lo educa en ello, acá es igual. Dos pueblos, dos culturas y dos países vecinos que nacieron geográficamente cerca, genera en ellos una conexión diferente, una mirada y un sentimiento de integración natural.
Y entonces fue así, que las primeras habladurías que siempre habíamos escuchado, acá “en el pago” se fueron transformaron en juicios de valor, igual de diversos y variados, pero más justos en su apreciación, construidos sobre experiencias personales reales.
Compartiendo tereré personalizado, con Ever en su camión, camino a San Ignacio Guazú. |
Alquiler de tereré en la terminal de Asunción.
Y al fin llegó el nuestro, con nombre y reseña paraguaya. Un gran compañero de viaje que enviamos para Mendoza! |
La moneda de Paraguay. |
PARAGUAY, CUÁNTO DAÑO TE HEMOS HECHO.
Es imposible hablar de Paraguay sin hablar
de la Guerra de la Triple Alianza. En nuestras escuelas poco se enseña y el
común de la gente sólo sabe que fue un enfrentamiento armado que ganamos junto
a Brasil y Uruguay. Pocos saben que Paraguay era el país más avanzado de ese momento,
contando con un ejército muy bien entrenado y armas de fundición propia; un
pueblo educado, donde la tierra era casi en su mayoría propiedad del Estado,
que la otorgaba a las familias para su sustento. Entre otras cosas, Paraguay
también estaba seguro de sus derechos e independencia y no aceptaba
comercializar con otras naciones, sólo lo indispensable.
El mundo había conocido el capitalismo y
la división internacional del trabajo hacía unos años, y su máximo exponente
del momento, Inglaterra, no estaba nada feliz con ese país que osaba no comprar
mercancías, ni aceptar créditos. Y cuando se trata de negocios, la corona no
tiene escrúpulos. Casualmente Inglaterra debido a los “beneficios” otorgados a
Brasil y a nuestro país, tenía muy buena relación con las altas esferas de
poder, las cuales no podían decir que no, como sí lo hacía Paraguay. Sumado a
los deseos imperiales de Brasil, se armó lo que fue la Triple Infamia, o mejor
dicho el genocidio, el cual aún hoy no fue denunciado. No fue una simple guerra,
en ella se grabó a fuego y sangre al pueblo paraguayo, que ellos no podían ser
mejores.
Aún hoy, al caminar cualquier ciudad, se
puede ver en los ojos de las personas esa tristeza de haberles quitado una gran
oportunidad de ser una potencia o de poder vivir en una sociedad más justa. Han
pasado 140 años pero ese recuerdo perdura. No es fácil recuperar un país cuando
sólo quedó un 10% de los hombres sumados a las mujeres y niños que también
fueron masacrados; cuando Brasil
continuó saqueando y matando; cuando el castigo te lo infligieron pueblos
hermanos; cuando aún en el 2014 la Nación Argentina sigue
devolviendo parte del mobiliario robado; o cuando más, Brasil continúa sin
devolver todos los archivos históricos y de guerra al Paraguay.
Palacio de la familia López.
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Vista desde el centro cultural Cabildo. |
A pesar del daño recibido, Paraguay, hoy no
guarda resentimientos hacia sus atacantes. Sin embargo hablando con quienes
tuvimos oportunidad, ellos encuentran en otra nación latinoamericana, el respeto,
la simpatía y la hermandad que nosotros les negamos. Fue el Gral. Pacheco,
quien desde Colombia dijo: “una gota más de sangre paraguaya derramada, será
considerada colombiana” y de esta manera se puso fin a la sangría desmesurada
que Brasil aún sostenía, uniendo en el sentimiento a estos dos países.
La garra demostrada en el campo de batalla
que se ganó hasta el elogio de generales yanquis, fue la misma con la que los
sobrevivientes empezaron de cero a reconstruir su país. Esta reconstrucción hoy
muestra de a poco sus frutos, más allá de estar empapada del capitalismo contra
el que derramaron su sangre.
Puente internacional que une Encarnación con Posadas |
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Estos avances no son casuales cuando el pueblo
demuestra un gran valor al trabajo, donde el esfuerzo va de la mano y los
resultados son fruto directo del compromiso con este.
En diferentes charlas que hemos tenido con
diversas personas que cruzamos en nuestro camino, pudimos percibir el arraigo cultural
hacia el trabajo, entendido y sentido como una necesidad en sus vidas, desprendido
en muchos casos de objetivos que vayan más allá de la casa y la estabilidad económica.
Con esto no queremos decir que no tengan metas mayores, pero sí queremos resaltar
ese adjetivo tan particular que en muchas ocasiones el argentino desvaloriza,
no siendo casual que muchos paraguayos sean quienes trabajen a sol y sombra en
nuestro país, en trabajos que el argentino hoy día ya no elige realizar en su
propio suelo, pero sí en países del “primer mundo” donde esta relación de
dependencia resulta ser la misma.
Sumado a esta realidad, no podemos dejar
de nombrar la añoranza del ciudadano paraguayo de ver algún día en su país, un
gobierno que invierta y transforme sus sistemas de educación y de salud, que
tan esenciales resultan y tan precarizados se encuentran, consiguiendo muchos
de ellos la doble nacionalidad con argentina para recibir asistencia médica
gratuita y de calidad con sólo cruzar la frontera.
Compartiendo experiencias de vida con Pablo Araujo |
En nuestro próximo post contaremos acerca de los recorridos que realizamos en Paraguay, la belleza de sus lugares y su cultura! Todo lo relatado es de nuestra producción (Germán Ortiz Best y Elisa Vergani), como resultado de haber caminado y vivido las calles de este hermoso Paraguay!
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