MI ENCUENTRO CON EL PORTUGUÉS

   Hace días que no escribo pero no por falta de ideas sino por falta de tiempo y espacio para hacerlo. Es increíble la cantidad de cosas que pasan por la cabeza en estos últimos días. Partamos de la base de que hace una semana entramos en Brasil y al cambiar el idioma la cabeza debe “mudar tambein”. La atención se agudiza y los pensamientos rápidamente tienen que encontrar las palabras para comunicarse. Ya no es tan simple como escuchar, reflexionar y responder. “Agora” las palabras aparecen de golpe como ellas quieren. Algunas en español, tan naturales que es difícil intentar frenarlas, simplemente brotan, como algo inherente a las cosas/ideas; y otras comienzan a fijarse en portugués. Las primeras sin dudas son las que te permiten relacionarte con algunos conceptos básicos como “vocé”, “Eu”, “muito boa/bom/legal”, “obrigado”, “licenza”, “falar”, “nois”… y paremos de contar porque a partir de eso es increíble como la creatividad y la necesidad al mismo tiempo combinan las opciones y reinventan oraciones que sin saber cómo resultaron eficientes.

   Germán habla portugués hace ya tiempo, tal vez lo único que le faltaba era la práctica constante que está teniendo ahora. Pero “eu, no falo portugués e eu preciso que vocé fale devagar para comprender melhior”. Esa frase fue una de las cosas que primero me enseñaron a decir para pedir amablemente que esa persona me tenga piedad y yo poder comprender lo que se me dice, en lugar de responder “sim, sim”; “jaja” o “claro”, como la respuesta más cordial, evitando decir que no entiendo absolutamente nada.


   Increíblemente me encuentro rodeada de gente que se comunica todos sus días con sus pensamientos, con sus sueños, con sus mascotas, con la tele, con su gente…en PORTUGUÉS!
Y así como por arte de magia, comprobando lo que muchos siempre dicen sobre aprender un idioma por la misma necesidad de comunicarse, me encuentro escuchando a las personas con una atención increíble, con una concentración que necesita del contacto visual constante para no perder el hilo de la conversación, para al concluir poder decir que COMPRENDÍ! 

Una semana de contacto constante bastaron para empezar a adentrarme en un nuevo idioma. Y eso me pone feliz.


Leyendo a Mafalda en portugués. Exposición en Sao Pablo.  

No hay comentarios.: